lunes, 3 de diciembre de 2012

El joven que se mordía las uñas.

Había cumplido quince años y mantenía la costumbre de morderse las uñas. Lo hacía con tal insistencia que daba pena verle las puntas de los dedos.
Pero un día hizo el compromiso de no volver a mordérselas e inventó un truco: cada vez que se mordía las uñas dejaba inmediato lo que estaba haciendo, iba al cuanto de baño y se lavaba las manos y la cara con agua fresca. Al poco tiempo, el problema había desaparecido y el joven se mostraba orgulloso de su tesón.

¿Eres de confianza?

                                      Una persona es de confianza cuando
        DICE LO QUE PIENSA Y HACE LO QUE PROMETE.
A todas las persona les encantaría que dijeran de ellas:

                             ERES DE TODA CONFIANZA.

¡Que fuerza de voluntad!

El alpinista Carlos Jara con 62 años se comprometió a escalar la cima de Everet.
Se encontro con grande dificultades, como la escasez de presupuesto, la falta de oxigeno en el ultimo tramo y las bajas temperatiras.
Pero fue fiel  a su compromiso y llegó a la cima a pesar de los problemas que tuvo  que superar.

Cuento de la confianza.


Cuento de la confianza

Había una vez un maestro samurái que estaba enseñando a sus alumnos.
Un día llego un alumno nuevo y sin saber nada llego a convertirse en el mejor de todo.
El maestro se quedo sorprendido y como recompensa los llevo a todos a hacer una excursión.
Los otros alumnos estaban celosos del nuevo alumno y le dijeron:
- Tírate  por ahí que no te va a pasar nada.
Como el alumno tenia confianza en si mismo se tiro y cuando llegaron lo otros alumnos vieron como el chico estaba sentado en una roca muy feliz.
Los alumnos se quedaron boquiabiertos no sabían que decir y seguían muy celosos.
Después fueron a visitar la montaña y le dijeron al chico:
- Si eres capaz ve hacia el final de la montaña, ya veras que no te pasa nada.
- Yo no lo hago porque yo tengo mucha confianza, y eso es el secreto de mi éxito, y como se lo que me conviene no me subiré al final de la montaña porque me podría matar.

El viejo maestro estaba muy orgulloso de su nuevo alumno porque habían aprendido todos una valiosa leccion.

Mara y Marta.